El "espacio lógico" de la percepción en Aristóteles
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El debate acerca de la naturaleza de la percepción o aísthēsis en Aristóteles
puede rastrearse ya en las obras de los comentadores antiguos. Desde hace un par de siglos,
dos interpretaciones rivales se han posicionado como variantes extremas que nos aportan
una concepción «literalista», o, por el contrario, «espiritualista», del fenómeno en cuestión.
Sin embargo, ambas posturas coinciden en reducir la percepción a un asunto meramente
«dado»: bien sea puramente fisiológico (literalismo), o bien, únicamente intencional (espiritualismo). Como consecuencia de ello, el dominio conceptual resultaría separado de lo
perceptual, algo que, según la célebre expresión de McDowell, representaría un punto de
vista encantado por el «Mito de lo Dado». En este artículo defenderé una visión moderada
del problema a través de una consideración sobre lo que podría denominarse el «espacio
lógico» de la percepción, poniendo de relieve el papel conjunto y sintético de la diánoia en
el discernimiento propio que implica todo proceso sensoperceptivo del alma específica del
hombre. Si mi interpretación es correcta, difícilmente podría decirse que Aristóteles incurre
en este tipo de mitologíaEl debate acerca de la naturaleza de la percepción o aísthēsis en Aristóteles
puede rastrearse ya en las obras de los comentadores antiguos. Desde hace un par de siglos,
dos interpretaciones rivales se han posicionado como variantes extremas que nos aportan
una concepción «literalista», o, por el contrario, «espiritualista», del fenómeno en cuestión.
Sin embargo, ambas posturas coinciden en reducir la percepción a un asunto meramente
«dado»: bien sea puramente fisiológico (literalismo), o bien, únicamente intencional (espiritualismo). Como consecuencia de ello, el dominio conceptual resultaría separado de lo
perceptual, algo que, según la célebre expresión de McDowell, representaría un punto de
vista encantado por el «Mito de lo Dado». En este artículo defenderé una visión moderada
del problema a través de una consideración sobre lo que podría denominarse el «espacio
lógico» de la percepción, poniendo de relieve el papel conjunto y sintético de la diánoia en
el discernimiento propio que implica todo proceso sensoperceptivo del alma específica del
hombre. Si mi interpretación es correcta, difícilmente podría decirse que Aristóteles incurre
en este tipo de mitología