El diaconado permanente en el debate actual. Una visión desde la teología y la práctica
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Tras ser restaurado en el Vaticano II, urge entender cuáles son sus funciones propias. Los autores analizados en este estudio
coinciden en que el diaconado se basa de igual manera en los tres pilares de la Liturgia, la Palabra y la Caridad
(E. Sander, C. Wessely, S. del Cura, E. Petrolino, A. Ivorra). Tanto B. Elbs como C. Wessely destacan la importancia de trabajar con los pobres
del mundo industrializado del siglo XXI. La jerarquía es entendida como triangular, en la que el obispo como cabeza tiene sus colaboradores en
función del grado del sacramento que han recibido. El diácono permanente está llamado non ad sacerdotium sed ad ministerium (LG 29) episcopi. Su lugar eclesial y eclesiológico queda claro y, sin embargo, quedan todavía muchas dudas, críticas y actitudes de desconfianza hacia el diaconado. Por ello analizamos algunas publicaciones recientes, así como experiencias concretas de otros países (Alemania, Austria, EEUU).