Hegel y Wittgenstein Sobre Dios al principio del mundo
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En este artículo sostendré que tanto Hegel como Wittgenstein, cada uno a su propio modo y con sus características propias, emplearon la idea de Dios al comienzo de la creación como una analogía compleja para otras clases de comienzo, en particular, para el comienzo del pensamiento filosófico. La Lógica de Hegel describe la mente de Dios antes de la creación del mundo, es decir, el pensamiento puro de Dios. Si la filosofía es un comienzo radical, que el filósofo empiece todo de nuevo significa que se decide a realizar una abstracción radical respecto a la existencia del mundo. Wittgenstein, por el contrario, señala que la idea de un creador del mundo no explica nada. Lo que hace es fijar un terminus ad quem en nuestra búsqueda de explicaciones, de forma que no vayamos más allá, preguntándonos por quién creó al creador del mundo. Wittgenstein generaliza esta tesis, aplicándola a cualquier forma de razonamiento: “Antes o después las explicaciones llegan a un fin” (Investigaciones filosóficas: §1). Cualquier tipo de explicación acabará por alcanzar su terminus ad quem, lo que únicamente significa que como tal ha de poseer un inicio lógico.